El lago Baikal, Patrimonio Mundial de la Unesco, es un lugar excepcional situado en el sur de Siberia, Rusia. Asombra por igual a turistas y científicos debido a que posee características que lo hacen único en el mundo. Conozcámoslo un poco más a fondo.
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Historia
La primera singularidad de este cuerpo de agua es su antigüedad, se formó hace 25 millones de años. Esta característica, unida a su aislamiento, hace que posea una biodiversidad extraordinaria. Por esta razón, es un escenario de gran interés para el estudio de la evolución de las especies. Alberga 1.600 especies animales, la mayoría endémicas, entre ellas la foca de agua dulce y el epishura, minúsculo cangrejo esencial para mantener algunas de las propiedades del lago. La diversidad de la flora también es notable, se estima que en el lago existen 800 especies vegetales.
Otra de las características que hacen especial al lago Baikal es su extensión, 3.150.000 hectáreas, donde se encuentran 22 islas pequeñas.
No es el lago más grande del mundo por su superficie, pero sí el que contiene más agua. Almacena el 20% del agua dulce no helada del planeta, es el mayor reservorio que existe. Su abastecimiento proviene de más de 300 afluentes, y su gran capacidad de almacenamiento se debe a su profundidad, que alcanza los 1.700 metros.
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Agua cristalina
La claridad de su agua es otro de los atractivos de este laboratorio científico natural. El lago Baikal es conocido como el Ojo azul por la transparencia de su agua, es uno de los lagos con menor turbidez del mundo. Los científicos han medido hasta qué profundidad llega la luz y han registrado marcas de hasta 40 metros.
El agua no solo es cristalina, también es pura. Se debe a la actuación de los cangrejos epishura que filtran y depuran el líquido a través de su diminuto cuerpo de menos de 2 milímetros de largo. Logran así eliminar las algas y bacterias causantes de la turbidez en la mayoría de los lagos.
La ubicación del lago Baikal es Igualmente aprovechada por la ciencia que la considera idónea para la detección de neutrinos. Estos son partículas subatómicas que tienen una masa muy pequeña. Su detección es bastante difícil, pero muy importante, ya que contribuye a confirmar el modelo estándar de la materia y obtener información sobre agujeros negros y galaxias.
Estudio del petróleo
El fondo del lago Baikal fue explorado por primera vez por unos batiscafos rusos en 2008. Confirmaron la existencia de petróleo, recurso que no puede ser explotado por motivos ecológicos, pero sí analizado por la ciencia.
El interés se centra sobre todo en conocer cómo es el proceso de nacimiento del petróleo. Así mismo, en analizar cómo los pequeños epishura se alimentan del crudo que asciende hacia la superficie. Los científicos están estudiando la factibilidad de usarlos para limpiar derrames petroleros en otras aguas.
El lago Baikal no está a salvo de los riesgos que supone el cambio climático. Su biodiversidad se encuentra amenazada debido a que los períodos de las heladas son cada vez más cortos.